José del Carmen Cervantes, galardonado con la XLIII Presea Vasco de Quiroga en Pátzcuaro
Pátzcuaro, Michoacán, 30 de septiembre de 2025.– En el marco del 491 aniversario de la fundación de Pátzcuaro como Ciudad de Michoacán, el pasado 29 de septiembre, el presidente municipal Julio Arreola encabezó la sesión solemne de Cabildo en la que se otorgó la XLIII Presea Vasco de Quiroga al presbítero José del Carmen Cervantes Contreras, mejor conocido como padre Carmelo, en reconocimiento a su trayectoria pastoral y a su compromiso social con la comunidad.
El evento se realizó en el Teatro Emperador Caltzontzin, donde estuvieron presentes representantes de los tres poderes del Estado, autoridades religiosas, diputados, regidores, asociaciones civiles, funcionarios municipales y ciudadanía en general.
Durante su mensaje, Julio Arreola resaltó que la Presea Vasco de Quiroga constituye “el más alto reconocimiento que el pueblo de Pátzcuaro entrega a quienes han contribuido de manera significativa al bienestar social, cultural y espiritual de nuestra ciudad”. Subrayó que el padre Carmelo ha dejado huella en la vida de muchas familias, promoviendo la reconciliación, fortaleciendo la fe y generando unidad comunitaria.

El alcalde recordó que esta distinción forma parte de los festejos anuales por la fundación de la ciudad y honra la memoria de Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, símbolo de humanismo, justicia social y educación.
Por su parte, el presbítero Cervantes agradeció el reconocimiento y señaló que no lo recibe como un logro personal, sino como un testimonio del trabajo colectivo de la Iglesia y de las comunidades que lo han acompañado: “Mi único anhelo ha sido servir a Dios y a mi gente. Esta presea es un homenaje a la fe, a la unidad y a la esperanza”.
La ceremonia concluyó con un prolongado aplauso del público, que reconoció en el padre Carmelo a un verdadero pastor cercano a la gente y un ejemplo de servicio a la sociedad.
La entrega de la Presea Vasco de Quiroga al padre José del Carmen Cervantes refuerza la relevancia de distinguir a quienes han dedicado su vida a la construcción del tejido social y espiritual de Pátzcuaro. Más allá del simbolismo religioso, este reconocimiento refleja la necesidad de valorar liderazgos comunitarios que contribuyen a la cohesión, la esperanza y la identidad de un pueblo.

